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Jesús Fernández Lozano: «Podremos gestionar las infraestructuras de movilidad de un modo mucho más eficiente»

Jesús Fernández Lozano, profesor de Ingeniería de Sistemas y Automática en la Universidad de Málaga y participante en la mesa redonda «Vehículos conectado. Nuevos actores y modelos de negocio», nos concede una entrevista para conocer las próximas tendencias tecnológicas asociadas al sector de la movilidad conectada.

¿Cuál es la situación actual del vehículo conectado y cómo nace en España?

El vehículo conectado es un concepto elástico. Puede entenderse como la posibilidad de conectarse desde el vehículo al exterior, pero también como la integración del vehículo en una red más extensa. En la primera posibilidad, incluir un manos libres ya puede considerarse un caso de vehículo conectado, y se da, tanto comercialmente como a nivel de desarrollos, desde hace bastantes años. En la última posibilidad, aún no se ha desplegado la infraestructura, ni se han comercializado los vehículos. Desde hace varios años se están desarrollando diversos sistemas en las universidades, por ejemplo para gestión del tráfico, mejorando la información obtenida a través de esta conectividad. Pero también industrialmente se están produciendo vehículos con un grado notable de conexión, y también de autonomía, porque en la práctica son conceptos que suelen ir unidos. Por ejemplo, el SEAT Ateca presenta un nivel destacable de conexión y de autonomía, para los estándares actuales.

La inclusión de la tecnología reforzará los nuevos automóviles con el fin aumentar la seguridad vial. Además de éste, ¿cuáles son los beneficios que nos encontraremos?

Además de la seguridad, el principal beneficio es la eficiencia. Si una parte significativa del parque móvil está conectada (o, dentro de algún tiempo, todo el parque), podremos disponer de información precisa de localización, velocidad, rutas, número de vehículos, etc. Con esto pueden gestionarse las infraestructuras de movilidad de un modo mucho más eficiente, porque actualmente es difícil conseguir datos precisos, más allá del número de vehículos que circulan por una vía.

Pero además, junto con la conectividad y la autonomía de los vehículos aparecerán nuevas formas de entender la movilidad. En occidente se empieza a cuestionar la compra del vehículo, particularmente en los segmentos más jóvenes de la población. Disponer de vehículos autónomos y conectados potenciará esquemas como el car-sharing y el ride-sharing. Probablemente en unos años una parte de la población se pregunte si merece la pena sacar el carné de conducir.

car sharing

 

En los avances hacia la movilidad conectada, ¿cuáles son los nuevos actores que aparecerán en el sector? ¿Es este tema un objeto de investigación por parte de instituciones públicas y académicas para que el sector pueda adaptarse de la mejor forma posible?

La conectividad del vehículo debe entenderse, por una parte, como una prolongación de la conectividad que ahora experimentamos a través de los teléfonos móviles. En ese sentido aparecerán apps más específicas tanto en la concepción como en la interacción con el usuario, probablemente siguiendo la misma dinámica del sector de las aplicaciones móviles. Pero por otra parte, la conectividad debe entenderse desde el coche hacia otros vehículos y hacia la infraestructura. Esto requiere un despliegue en las vías, pero que no se acometerá hasta que haya un parque significativo de vehículos conectados. Y en ese aspecto están apareciendo nuevos actores tecnológicos que no participaban en el sector de la automoción, pero que se están introduciendo con fuerza. Por ejemplo, Mobileye está introduciendo sistemas de percepción muy integrados, que facilitan a los fabricantes incorporar características avanzadas de percepción y navegación. Nvidia está fabricando sistemas de percepción para automoción, además de su contribución a la inteligencia artificial en general, que también es central en el vehículo autónomo. Y por otra parte, actores como Google o Apple se están posicionando en la automoción, con planteamientos diferentes, pero que por su mismo tamaño seguramente modificarán los mercados.

De acuerdo con las tendencias e informes publicados, en los próximos años, los vehículos conectados prevalecerán dejando atrás los modelos anteriores ¿Podemos confirmar que será así?

Como he dicho antes, la idea de vehículo conectado puede entenderse de modos diferentes. Pero con toda probabilidad aumentará la capacidad de conexión del vehículo, entre otras cosas porque los usuarios cada vez demandamos más esta capacidad en nuestro día a día. Pero es difícil predecir en qué medida va a ocurrir, y a qué ritmo. Uno de los grandes retos de la industria de automoción es que estas nuevas tecnologías hacen que el sector pase de ser eminentemente mecánico a ser electrónico, o más propiamente, mecatrónico. Y este paso supone cambiar estructuras y formas de trabajar dentro de las empresas, que deben incorporar otro tipo de talento, y funcionar con otros ciclos.  Exigirá al sector una importante adaptación. Pero ya se están produciendo movimientos importantes: por ejemplo, grandes empresas de automoción están comprando empresas de robótica, a veces pequeñas y jóvenes, o sin grandes desarrollos, para poder acceder a ingenieros especializados en las tecnologías clave para el vehículo autónomo y conectado.

coche conectado

 

Si hacemos una reflexión sobre la evolución de España respecto a estas líneas estratégicas, ¿cuál es su situación respecto al resto de países europeos? ¿Está progresando cómo debería?

Es un lugar común, pero tenemos una grave carencia de inversiones en materia de investigación y desarrollo. Tenemos grupos y profesionales capaces, pero la falta de inversiones nos está desamortizando. Muchos ingenieros con talento se están marchando a otros países, y poco a poco los grupos de investigación, tanto públicos como privados, se van debilitando. Seguimos teniendo grupos y empresas muy activos, pero a costa de un esfuerzo extra que dura ya años, y que no es sostenible. Durante la crisis hemos reducido mucho un nivel de inversión que ya antes era inferior al del resto de países de nuestro entorno.

En este momento el sector de la automoción está en un momento de cambio, y la dirección que tome depende de la generación de nuevos conocimientos. No puede crearse un grupo de investigación en semanas o meses, hacen falta años para que funcione y sea productivo. De ahí por ejemplo las adquisiciones de empresas de robótica por parte de fabricantes de automóviles. Pero como país esa estrategia no nos sirve. No podemos comprar grupos de investigación de otros países. Es urgente invertir en investigación y desarrollo.

 

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