Entre los avances desarrollados para alcanzar la sostenibilidad de las ciudades nos encontramos ya con diferentes tipos de combustibles ecológicos como la electricidad, hidrógeno, biobutanol o gas. El coste, junto con los niveles de contaminación que pueda aportar al medio, constituye algunas de las claves para garantizar su evolución e integración.

Los combustibles ecológicos son aquellos que no derivan del petróleo, tal y como ocurre con los tradicionales, sino de fuentes primarias que velen por el cuidado del medio ambiente al reducir las emisiones en su proceso de producción. Se trata de fomentar e incentivar diferentes vías de estudio para su correcto desarrollo, siendo el origen de la electricidad (a partir del carbón o una energía renovable) la clave para disminuir los niveles de contaminación.

Entre los más relevantes destacamos:

–Hidrógeno: fue una de las primeras fuentes de energía que comenzaron a valorar los fabricantes de automóviles hace años. El funcionamiento de este tipo de vehículos se basa en el empleo de una pila de combustible a través de la cual el hidrógeno se oxida y  genera la electricidad. Aunque su obtención no sea del todo natural, su impacto (0,3%) seguiría siendo inferior al petróleo (1%).

–Electricidad: funciona también mediante una pila de combustible. Se trata de una fuente más accesible y el objetivo, a largo plazo, es obtenerla de forma natural a través de la energía eólica, un recurso muy rico en España. Aunque aún falten variables por mejorar, la diferencia respecto al diésel o gasolina en cuanto a emisiones sí que es notable.

–BTL (Biomasa a líquido): se trata de un combustible renovable que, durante el proceso de combustión, produce niveles de contaminación mínimos. Constituye otra forma de reciclaje que además permite la disminución de residuos.

–GTL (Gas to Liquids): es una fuente sintética fabricada a partir de gas natural a través de un proceso de combustión química.

Dentro del ciclo de la sostenibilidad, además de los carburantes, el ciclo de vida de la fabricación del vehículo será una variable muy importante a tener en cuenta. Un estudio realizado por Ademe estima cómo la fabricación de los mismos aún provoca índices de contaminación, pero sin embargo son mucho más favorables en cuanto a la emisión de gases y relación con los recursos fósiles.

Estos tipos de combustibles surgen ante una necesidad común: crear formas de movilidad más sostenibles.

Fuente imagen: Pasohonroso

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