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20/04/2016
La evolución hacia las nuevas formas de movilidad sostenibles pasa también por implantar sistemas más seguros. La tecnología constituye la base para los avances que en la actualidad ya se están realizando con la llegada de los vehículos inteligentes y autónomos.
En esta línea, los distribuidores ya trabajan para implementar diferentes mecanismos. Es el caso de Ford, que actualmente ya ha presentado en Alemania el sistema de telecomunicaciones LTE (Long Term Evolution), permite la emisión de mensajes entre vehículos basándose en las frecuencias de radio y tecnología de redes de telefonía móvil. De esta forma, ante cualquier percance, se podrá avisar de forma inmediata al resto de vehículos que vengan detrás tanto en caso de accidente como en las dificultades encontradas por cualquier adversidad climatológica.
A su vez, la llegada de los vehículos autónomos viene impulsada, en parte, para garantizar y aumentar los niveles en seguridad vial. Grandes distribuidores como Google ya ha comenzado a realizar las primeras pruebas, con un modelo propio, en Estados Unidos. Según recoge el Observatorio Cetelem, el vehículo autónomo vendría dotado de un sistema de conectividad capaz de recibir mensajes y multitud de datos internos tales como la posición, velocidad o el estado del conductor y externos como es la disponibilidad de aparcamientos o de peligros potenciales. Además, la inteligencia es la base de este tipo de vehículos al poder llegar a entender su propio entorno, equipado con tecnología de “detección, conectividad de corta distancia y del método de decisión”.
Sin embargo, existe un pequeño conflicto en esta línea. Tal y como se debatió en la I Jornada de Tecnología y Seguridad Vial en Madrid, la tecnología debe ser un complemento de ayuda y no de distracción. Diferentes son las opiniones que sostienen cómo el exceso de las mismas puede provocar descuidos, siendo necesaria la implantación de mecanismos capaces de facilitar la conectividad y, a su vez, velar por la seguridad como puede ser “retrasar la entrada de una llamada de teléfono”.
Mientras continúan los avances, Volvo apuesta por la mezcla de la conducción pasiva y activa. La clave será el piloto automático Intellisafe que albergará el próximo Volvo XC90 previsto para 2017. Este elemento permite que el vehículo pueda conducirse de forma autónoma en las zonas aptas detectadas por el navegador. Por otro lado, la marca trabaja también por aplicar una alerta por firme deslizante capaz de avisar a los conductores sobre la presencia de placas de hielo en determinados puntos de la carretera.
En el caso de Mercedes, sus nuevos vehículos engloban la seguridad vial desde cuatro pilares: la conducción segura con determinadas medidas durante la conducción; asistencia a viajeros en marcha ante un determinado peligro; en caso de accidente dispone de las herramientas adecuadas para reducir el impacto del mismo y tras el accidente destaca el dispositivo Comand Online, que permite efectuar una llamada de emergencia de forma automática indicando además la localización del vehículo.
Todas estos avances, apoyados en soportes tecnológicos, favorecen el desarrollo de los vehículos inteligentes con elementos más seguros para poder frenar el número de víctimas mortales, llegando incluso a la inexistencia de las mismas.
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Tags: avances seguridad vial, conducción autónoma, seguridad vial y conducción autónoma, vehículos inteligentes