Juan Antonio Tébar, participante en la mesa redonda “Innovación vinculada al vehículo conectado” en la tercera edición del Foro de Movilidad,  nos habla sobre sus funciones en el Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial (CDTI) y cómo la tecnología determinará el sector de la automoción en los próximos años.

-¿Qué labor desarrolla en el Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial?

Actualmente jefe de la División de Programas Europeos en el Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial. En mi actual etapa como responsable de los Programas Europeos de CDTI, mi trabajo al frente de un equipo de 30 profesionales de prácticamente todas las áreas tecnológicas (incluyendo la SOST – Spanish Office of Science & Technology – ubicada en Bruselas), está centrado en el asesoramiento, apoyo y seguimiento de entidades españolas, tanto públicas como privadas, para la obtención de fondos del Programa Marco de I+D+I de la Unión Europea. Este trabajo se realiza a través de diferentes líneas de acción, como son el apoyo directo a la preparación de proyectos, organización de conferencias, seminarios especializados, foros estratégicos, etc.

A su vez, participo en varios comités europeos de diferente índole: Comité Estratégico del H2020, grupo de Estados Miembros del Instituto Europeo de Investigación y Tecnología, miembro del comité intergubernamental de Airbus, etc.

-Desde hace unos años, la tecnología comenzó a implantarse en los automóviles evolucionando hasta lo que hoy conocemos como “movilidad conectada”. Desde el CDTI, ¿también gestionan este tipo de proyectos para unificar tecnología, seguridad vial y flota?

Efectivamente, desde no solo el CDTI apoyamos este tipo de proyectos, sino que llevamos tiempo trabajando con la industria, universidades, centros tecnológicos, pymes y todas aquellas entidades que quieran invertir en I+D a nivel europeo en este campo. Según las estadísticas, el factor humano es el responsable de más del 90% de los accidentes de tráfico y la tecnología será uno de los elementos principales para alcanzar el objetivo de la DGT de visión cero para 2050: “0 fallecidos, 0 lesionados, 0 congestión y 0 emisiones”.

Tanto a nivel nacional como internacional, se están desarrollando tecnologías al servicio de la conducción conectada y autónoma, las cuales a medio/largo plazo serán la clave para futuros servicios autónomos de transporte personal o de mercancías fomentando nuevos modelos de negocios.

-Desde su punto de vista, ¿cómo ha evolucionado la tecnología en las diferentes sociedades? ¿Cuáles podrían ser algunas de las tendencias más relevantes en los próximos años?

Desde los primeros útiles para cortar en la prehistoria, el avance de la tecnología siempre ha acompañado el progreso humano. Incuso durante la Edad Media, época que para algunos historiadores supuso un retraso “tecnológico”, se desarrollaron novedosas técnicas aplicadas a los cultivos y arquitectura. Asimismo, la historia nos explica la importancia que tiene la irrupción de determinados conocimientos y desarrollos tecnológicos en las sociedades. Según el servicio de estudios del Parlamento Europeo, la “conducción autónoma” puede ser una de estas tecnologías.

En los próximos años vamos a observar un desarrollo e integración de todas aquellas tecnologías que permitan tener sistemas de conducción autónoma completa en 2030, aproximadamente. Para ello, habrá que trabajar en nuevos sistemas de comunicaciones, “big data”, sistemas visuales avanzados, inteligencia artificial, aprendizaje profundo, infraestructuras inteligentes, nuevos sistemas de producción e industrialización de vehículos, etc

-La innovación es la base para avanzar en todos los sectores ¿Considera que las empresas automovilísticas están aprovechando este campo o aún queda mucho por indagar?

La industria de automoción europea está avanzando rápidamente en este campo y desde el año pasado ha establecido una gran alianza con la industria de las telecomunicaciones para el fomento de este tipo de tecnologías. En España, la automoción es uno de los sectores claves que aporta más del 10% del PIB. Además, en nuestro país tenemos unas condiciones regulatorias y climatológicas muy favorables para la realización de ensayos, por lo que advertimos que la investigación en este tipo de tecnologías puede ser una oportunidad para los fabricantes.

El reto de la conducción autónoma es muy amplio y efectivamente queda todavía mucho por desarrollar. Aquí debemos aprovechar e involucrar nuestras capacidades en distintos sectores como por ejemplo la industria del autobús, las infraestructuras, etc. Asimismo, el apoyo de las ciudades españolas para investigar en entornos urbanos será clave para posicionar a nivel europeo a nuestras “Smart Cities” creándose ecosistemas de emprendimiento.

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